domingo, 14 de febrero de 2021

BIENVENIDOS A CHECHENIA La larga sombra del totalitarismo

Título original: Welcome to Chechnya
USA 2020 107 min.
Dirección
David France Guion David France y Tyler H. Walk Fotografía Askold Kurov y Derek Wiesehahn Música Evgueni y Sacha Galperine Documental Estreno en el Festival de Sundance 26 enero 2020; en estados Unidos (HBO) 30 junio 2020; en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 6 noviembre 2020

David France firma con ésta su tercera película dedicada al colectivo para el que siempre ha trabajado a fondo como cineasta y activista, el LGTBI+. Antes fueron Cómo sobrevivir a una epidemia en 2012, sobre la actual desidia en torno el SIDA, y The Life of Marsha P. Johnson, un retrato de las múltiples facetas de esta activista norteamericana y la investigación como posible asesinato de lo que fue considerado un suicidio, La grave y preocupante situación surgida en las antiguas repúblicas de la Unión Soviética en relación a la diversidad sexual, ocupa ahora la principal inquietud de France, que con su equipo se traslada en este film a Chechenia para retratar las dificultades que atraviesa un grupo de activistas para salvar vidas y dignidades de quienes sufren el acoso de familiares, conciudadanos y autoridades por su condición sexual, y ofrecerles un pasaporte a otros países donde optar por la condición de refugiados y refugiadas políticas.

Una secuencia clave en el último tramo de la película y el aviso escrito que figura al principio justifican por qué el documental haya entrado en la terna de posibles candidatas al Oscar a los mejores efectos visuales del 2020: Muchos de los rostros que hemos visto a lo largo del film han sido modificados digitalmente a partir de los originales, de forma que su identidad quede a salvo de posibles represalias. Éste es el principal atractivo formal de una cinta que se resuelve de manera harto convencional, siguiendo en forma de docudrama el día a día de estos personajes, con incursiones espeluznantes de ataques a jóvenes por ser homosexuales, ahorrándonos los momentos más duros, y centrando su atención en un joven y su pareja en el intento desesperado de huir a otros países más civilizados.

Es la Chechenia gobernada por Ramzan Kadyrov, un macarra medio islámico medio capo de la droga que asegura en la tristemente la famosa frase que aquí no hay homosexuales. Y todo ello bajo la mirada del inmisericorde Putin, que no solo permite sino bendice esa persecución sistemática. El mundo está ahora volcado en la pandemia y todos estos problemas se han relajado o han pasado a un segundo plano, pero la amenaza totalitaria sigue ahí, en éste y todos los frentes. El populismo creciente arriesga todos los logros conseguidos en materia de igualdad y diversidad, y trabajos como éste, a pesar de su narrativa lineal y discursiva, que no logra enganchar lo que debería, son absolutamente necesarios. El recién perdonado villano y súper poderoso Trump es uno de los que, según los créditos finales de la película, se negó a aceptar refugiados chechenios huyendo de la aniquilación a la que se exponen en su maldito país. Es en su valiente denuncia de todas estas aberraciones donde radica el valor e importancia de este singular trabajo, y eso ya merece su defensa.

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