martes, 8 de noviembre de 2022

NO MIRES A LOS OJOS Jugando a ser Dios

España 2022 107 min.
Dirección
Félix Viscarret Guion David Muñoz y Félix Viscarret, según la novela "Desde la sombra" de Juan José Millás Fotografía Álvaro Gutiérrez Música Mikel Salas Intérpretes Paco León, Leonor Watling, Álex Brendemühl, Juan Diego Botto, María Romanillos, Marcos Ruiz, Susana Abaitua, Luisa Gavasa, Iñaki Gabilondo Estreno en el Festival de Valladolid 24 octubre 2022; en salas 4 noviembre 2022


Anunciada como una película con cuyo guion el autor de la novela en que se basa, Juan José Millás, se siente muy satisfecho, tendremos que presumir que los principales defectos que le encontramos son de su responsabilidad, pues radican precisamente en su argumento. Y es que la nueva película de Félix Viscarret a la espera de estrenar otra, Una vida no tan simple, está bien hecha, muy bien interpretada y su intriga hábilmente articulada entre realidad, ficción y una entrevista televisiva a dos bandas entre el sensacionalismo que más se cultiva hoy en la televisión y el rigor informativo de antaño en el que tan bien encaja Iñaki Gabilondo, estrella invitada de la función.

Después de un par de cortos y un largometraje que pasó desapercibido, Viscarret se dio a conocer con Bajo las estrellas, tras la que vendría la mediocre Vientos de La Habana, un par de documentales sobre Carlos Saura y El Canto del Loco, y su participación en Patria dirigiendo algunos de sus ocho episodios. Con su adaptación de Desde la sombra, el director navarro pierde la ocasión de reflexionar sobre esa dicotomía periodística anunciada, y prefiere ahondar en su surrealista trama, si bien también se echa a perder por falta de datos sobre la controvertida personalidad de su protagonista, un Paco León contenido y sobrio en su creemos primer papel dramático en el cine.

En su periplo de jugar a ser Dios desde un armario, su personaje se enfrenta a una familia con todas las controversias posibles para dar actualidad y sustancia al asunto, lo que otorga al conjunto un aire de artificiosidad y superficialidad nada conveniente. Nada de eso impide sin embargo que el producto se vea con interés, pero una vez más con esa sensación encontrarnos ante una buena oportunidad perdida entre tanta denuncia de hipocresía, una bonhomía confundida y la recurrencia de situar a la mujer como víctima de un universo proclive a hacerle perder la cabeza.

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