Guion y dirección Pilar Palomero Fotografía Julián Elizalde Intérpretes Carla Quílez, Ángela Cervantes, Jordan Dumes, Pepe Lorente, Olga Hueso, Rubén Martínez, Gal-la Sabaté, Neus Pàmies Estreno en el Festival de San Sebastián 20 septiembre 2022; en salas 18 noviembre 2022
Puede que muchos esperasen con impaciencia el nuevo trabajo de la directora de Las niñas, y puede que hayan celebrado este su segundo trabajo como demostración de que el buen sabor que les dejó aquella galardonada película no era fruto de la casualidad. Puede que Pilar Palomero haya aprendido muy bien el oficio y sea capaz de mantener el interés y la tensión de su película durante las dos horas que dura, y que nos sorprenda cambiando el estilo y la forma, ampliando el horizonte de su protagonista, ahora más descarada y desinhibida, reflejado en el paso del formato estrecho 1.37:1 de su ópera prima al cinemascope en que nos presenta esta nueva historia. Todo eso es cierto, y sin embargo hay algo en este film que no nos acaba de convencer, bien sea porque ha diseñado su personaje central de manera que nos resulta antipática, o porque se ve anclada en una mirada que no avanza lo suficiente y nos deja siempre con demasiadas dudas e incógnitas.
En el reparto se combinan actores y actrices profesionales, entre ellas una de las chicas del film Chavalas, que ahora hace de madre de la protagonista, con otras que parecen estar interpretándose a sí mismas en esta suerte de documental sobre las residencias para madres niñas o adolescentes. Cierto que hay detrás un drama importante, educacional sobre todo, pero también consecuencia de una sociedad machista, con maltratos y violaciones allí donde las oportunidades parecen ser más esquivas. Y de todo ello se hace eco la cinta de Palomero; sin embargo en ese contexto no encaja la historia de esta niña malhumorada y rebelde, salvo que no cuente lo que sospechamos y acabamos por no constatar frente a la resistencia de uno de esos guiones que prefiere dejarlo todo a la interpretación y no cerrar ninguna consecuencia.
Así las cosas, la película muestra poco o nada sobre esta tragedia que sufren las mujeres, y lejos de no juzgar parece estigmatizar a quienes rehúyen de su responsabilidad simplemente por dar rienda suelta a su deseo de feminidad, como siempre han hecho los hombres sin que nadie les juzgue. Cabe destacar por supuesto el trabajo de la debutante Carla Quílez, niña de catorce que parecen menos y que mucho nos tememos apenas se interpreta a sí misma, dejando en evidencia a quienes prefieren premiarla a ella por su frescura y naturalidad que a quienes se esfuerzan y agotan día a día desempeñando el difícil trabajo de actriz.
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