Francia 2018 106 min.
Fotografía, guión y dirección Yolande Zauberman Documental Estreno en el Festival de Locarno 6 agosto 2018
Después de coquetear con la ficción en títulos como Moi Ivan, toi Abraham o Bailar hasta morir, la directora francesa Yolande Zauberman lleva tiempo reflejando a través del documental sus inquietudes en relación a sus orígenes hebreos, en películas como ¿Tendrías sexo con un árabe? y ahora este M que parafrasea al clásico de Fritz Lang M, el vampiro de Dusseldorf. Y es que precisamente la película con la que se presenta en la sección oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla, y con la que ganó el Premio especial del jurado en Locarno, toca un tema muy delicado e inquietante sobre depredadores sexuales en el seno de la comunidad judía más ortodoxa que existe, la que se concentra en Beni Brak, a escasos kilómetros de Tel Aviv. Buenas dosis de ingenio le habrá costado conseguir inmiscuirse en dicha comunidad tan hermética para contarnos la historia de un joven que fue víctima de abusos sexuales por parte de un rabino. No extraña que su acabado formal sea tan deficiente, por este motivo y por el hecho de que la realizadora no haya contado con un equipo de rodaje en condiciones, encargándose ella de todos los aspectos visuales y sonoros de la cinta, seguramente con el fin de pasar más desapercibida. Eso hace que el film se resista a ser visto con interés y curiosidad, convirtiéndose para el sufrido espectador en un ejercicio de concentración y paciencia bastante considerable, y evidenciándose en su narrativa una fuerte tendencia a la reiteración, con lo que su discurso, valioso sin lugar a dudas, se agota rápidamente. Podría haber considerado la posibilidad de combinar todo lo rodado, posiblemente de forma clandestina, con testimonios más convencionales, materiales de archivo y algún recurso técnico y gráfico que hiciera al conjunto más atractivo. Puede que todo esto lo hubiera alejado del aspecto anti mainstream que posiblemente pretenda, pero que flaco favor le hace a su vocación divulgativa, haciendo su imprescindible mensaje mucho más accesible y por extensión más efectivo, como muy bien merece lo que se denuncia y lo sorprendente que resulta. Haría falta un cataclismo para empezar de cero y olvidarnos de las santas creencias y supersticiones que tanto daño han causado al ser humano; claro que volveríamos a tropezar con la misma piedra.
Artículo publicado en El Correo de AndalucíaATARDECER Una confusa y malograda intriga político-criminal
Título original: Napszállta
Hungría-Francia 2018 142 min.
Dirección László Nemes Guión László Nemes, Clara Royer y Matthieu Taponier Fotografía Mátyás Erdély Música László Melis Intérpretes Juli Jakab, Vlad Ivanov, Susanne Wuest, Uwe Lauer, Mónika Balsai, Björn Freiberg, Urs Rechn, Judit Bárdos, Evelin Dobos, Levente Molnár, Julia Jakubowska, Christian Harting, Marcin Czarnik, Tom Pilath Estreno en el Festival de Venecia 3 septiembre 2018; en Hungría 27 septiembre 2018
En la muy celebrada El hijo de Saúl el director húngaro László Nemes colocaba la cámara en el cogote de su sufrido protagonista, mientras el resto, todo el horror experimentable en un campo de concentración nazi, prácticamente lo intuíamos en lugar de verlo. El mismo recurso lo utiliza ahora también con más frecuencia de la deseable en su nueva película, quizás buscando así una seña de identidad que lo distinga, aunque esta vez ni se justifica ni cumple el claro cometido de aquella laureada cinta. En Atardecer el realizador húngaro nos cuenta la historia de Irisz Leiter, una joven huérfana que regresa a la próspera y glamurosa sombrerería que regentaban sus padres en un Budapest que parece esté quemando sus últimos cartuchos de lujo y decadencia antes de estallar la Primera Guerra Mundial. Con gesto permanentemente absorto, como alucinada o enajenada, Juli Jakab es la protagonista absoluta de una confusa trama a la que se le suman tantos personajes que llega a parecer imposible distinguirlos, mientras su continuo deambular por una capital perfectamente recreada gracias a un enorme esfuerzo de producción y una exquisita puesta en escena, llega a resultar agotador y en muchas ocasiones inútil. Se explica poco y mal los gravísimos sucesos que se denuncian, mientras ella lleva a cabo una investigación sobre intrigas que tienen una inquietante relación con la aristocracia y sus malos hábitos, así como con los nuevos aires que pretenden implantar los revolucionarios anti sistema. Una red de conspiraciones y sucesos en los que el azar acaba teniendo más peso que el auténtico ingenio. Lástima porque podría haber resultado un film inquietante e incluso fascinante por su lujoso envoltorio y los acontecimientos que se adivinan tras tanta confusión y certeza velada. Media hora menos y recortes también en sus aires pretenciosos hubieran podido dar como consecuencia un film al menos estimable, a pesar de lo cual logró alzarse con el premio de la crítica internacional en el Festival de Venecia.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
SAUVAGE Corazón libre pero enamorado
Francia 2018 97 min.
Guión y dirección Camille Vidal-Naquet Fotografía Jacques Girault Música Romain Trouillet Intérpretes Félix Maritaud, Eric Bernard, Nicolas Dibla, Philippe Ohrel, Marie Seux, Lucas Bléger, Camille Müller Estreno en el Festival de Cannes (Semana de la Crítica) 10 mayo 2018; en Francia 29 agosto 2018
Acierta el debutante Camille Vidal-Naquet, presente en el Festival de Cine de Sevilla para presentar su película, en retratar algunos aspectos de la vida y andanzas de los hombres que se dedican a la prostitución gay, centrándose en uno en particular y sin llegar en ningún momento a la provocación marginal de las películas de Paul Morrissey y Andy Warhol (hace ya ¡cincuenta años!) ni a la poesía de aquel Drugstore Cowboy de Gus van Sant también añejo. Aquí Leo es un joven de quien no llegamos a saber nada de su pasado aunque lo intuimos. Analfabeto y enganchado a las drogas, no pone límites como otros a las relaciones que mantiene con sus clientes, lo que a lo largo del metraje le llevará a más de una situación incómoda y hasta peligrosa. No pone cuidado tampoco en su quebradiza salud y comete además la imprudencia para su corazón de enamorarse de la persona equivocada, el chulo de turno que aunque le protege no parece corresponderle recíprocamente. Sobre estas líneas argumentales se organiza una trama mínima, lo que provoca que durante un buen rato asistamos a encuentros y desencuentros, sin mucho interés a pesar de algunos toques de morbo y hasta casi de pornografía añadidos. Los giros argumentales más interesantes aparecerán felizmente en su recta final, cuando comprendamos la verdadera naturaleza, salvaje y libre, del protagonista, al que ninguno de sus anfitriones le invita jamás a tomar un baño o una ducha. Pero tampoco entonces alcanzamos a comprender en su totalidad el alcance del mensaje que pretende darnos su autor.
LA MUJER DE LA MONTAÑA Las cosas bien hechas
Título original: Kona fer í striö
Islandia-Ucrania-Francia 2018 101 min.
Dirección Benedikt Erlingsson Guión Ólafur Egilsson y Benedikt Erlingsson Fotografía Bergsteinn Björgúlfsson Música David Thor Jonsson Intérpretes Halldóra Geriharösdöttir, Jóhann Siguröarson, Juan Camilo Roman Estrada, Jörundur Ragnarsson Estreno en el Festival de Cannes (Semana de la Crítica) 12 mayo 2018; en Islandia 22 mayo 2018
Parece un chiste decir que de Islandia nos llega una de las propuestas más frescas del cine europeo de este año. Se trata de una simpática película protagonizada por una mujer, Halldóra Geriharösdöttir, candidata al premio a la mejor actriz en los premios europeos del cine y reconocida como tal en la Seminci. Se trata de una activista medioambiental que se dedica a atentar contra centrales eléctricas mientras disfruta de una apacible vida como profesora de canto en una de esas idílicas poblaciones del norte de Europa que sólo lo son en los pocos meses en los que asoma la primavera o el verano, y cuya vida dará un vuelco cuando le concedan la adopción de una niña ucraniana sobre la que ya había perdido las esperanzas. Un argumento que deviene en una película amable y entretenida que nos regala además unos paisajes extraordinarios y unos toques de humor muy agradables, como la introducción de la música en la película. El resultado es una comedia sobre lo que hay que hacer, proteger nuestro hábitat, volver a las cosas sencillas y sacar mayor partido de nuestros recursos naturales sin afectarlos ni intervenirlos. Da ejemplo también sobre una paternidad y maternidad responsable, que dé un hogar y una felicidad a los niños y niñas que no la tienen, mejor que engordar la población por puro narcisismo. Son las cosas bien hechas, y para eso nada mejor que una película así, bien hecha, con cariño y ternura. Con un buen acabado también en el apartado técnico, incluidas escenas en alta montaña de persecución con helicópteros y drones que convierten a la heroína en una especie de Sargento Ripley dentro de una película setentera de Clint Eastwood.
Crítica de Pepe Serrano publicada en El Correo de Andalucía
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