USA 2021 112 min.
Dirección Michael Chaves Guion David Johnson y James Wan Fotografía Michael Burgess Música Joseph Bishara Intérpretes Vera Farmiga, Patrick Wilson, Ruairi O’Connor, Sarah Catherine Hook, Julian Hilliard, John Noble, Eugenie Bondurant, Shannon Kook, Ronnie Gene Blevins, Keith Arthur Bolden, Steve Coulter, Vince Pisani Estreno en Estados Unidos y España 4 junio 2021
Los casos del excéntrico matrimonio Warren, la muñeca Annabelle, la Monja y la Llorona amenazan con alargarse hasta el infinito, formando todas una franquicia ideada por el joven cineasta James Wan con más fines meramente comerciales que puramente cinematográficos, es decir con más intención de hacer caja que de renovar el género. Al menos esta tercera entrega de Expediente Warren, que es como aquí alguien decidió rebautizar lo que en su versión original es El conjuro, se aparta de sus dos entregas predecesoras, pretende ser más original, aunque más en el fondo que en la forma.
Arranca poderosamente con un escalofriante exorcismo, y sigue prometiendo al fijar su atención en un caso judicial que conmocionó a América, cuando en 1981 un joven fue juzgado por asesinato y se consideró la posible atenuante de posesión diabólica para reducirle la condena. De probar semejante condicionante se encargaron por supuesto los amantes esposo y esposa espiritistas. Lástima que el guion del propio Wan y otro colega desperdicien semejante material dramático y nos guíen por caminos ultra recorridos, con profusión de maquillaje y efectos visuales encaminados a ilustrar las continuas visiones de Lorraine Warren y los delirios de los múltiples poseídos de la función. Hubiera sido preferible el trillado drama judicial salpicado de fenómenos paranormales, un poco más comedidos y plausibles para convencernos de la probabilidad de la existencia del Maligno entre nosotros.
Hoy que el cine religioso prácticamente ha desaparecido, dejando aparte ese catecumenal de nulo interés artístico, se insiste en la Biblia y el Catolicismo para ofrecernos ahora la versión del reverso, la del Diablo, y con brujerías, maldiciones y supercherías, seguir estigmatizando a la mujer y queriéndonos convencer de que Dios existe, y prueba de ello es que su antagonista insiste en arrebatarle el poder. En la forma este Obligado por el demonio sigue las pautas de sus anteriores, para lo que cuenta con Michael Chaves, que debutó con La Llorona, encargándose de conjugar sus elementos, sin que falte de nada, ni los recurrentes sótanos. La cadavérica Eugenie Bondurant sustituye en esta entrega al ultraflexible Javier Botet para darnos los consabidos sustitos, a los que también contribuye la habitual saturación decibélica.
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