Entre los muchos e interesantes documentales que aspiran este año a una nominación a los Premios de la Asociación de Escritores y Escritoras de Cine de Andalucía, los ASECAN, destacamos cuatro por la diversidad de temas que tocan y el toque humano, sensible y sentimental que atesoran. En HISTORIAS DEL AGUA Paco Ortiz, candidato también en el mismo apartado por su película Algo salvaje: La historia de Bambino, y José Carlos de Isla hacen un emotivo y hermosísimo viaje por toda Andalucía a través del agua, tan presente en nuestras vidas y nuestra geografía, destacando toda la riqueza cultural y ecológica de nuestra tierra. Ríos, mares y océanos se visten de gala para recibir la luminosa luz con la que sus directores los han bañado, regalándonos un festín de imágenes, paisajes, arquitectura e historias tan humanas como sorprendentes. Del nacimiento del Guadalquivir en Cazorla a las playas de Huelva pasando por la magia de la Alhambra, las rutas multi aventura del Río Verde, el remo y la piragua a orillas de Sevilla, y los paisajes únicos de Almería. Visitamos también a quienes viven del medio, pescadores, buzos, gestores turísticos y culturales, en una aventura rodada en alta definición tan emocionante como sorprendente.
Emocionante y desgarradora es desde un principio la historia de la persecución y aniquilación de republicanos a principios de la Guerra Civil en una Sevilla que apenas vivió la conflagración, se rindió inmediatamente a las fuerzas rebeldes y quedó a merced de su odio y ansias de represión. Miles de hombres, mujeres y hasta niños y niñas fueron asesinadas en nuestra provincia y ocultos en fosas comunes que solo ochenta años después comienzan a salir a la luz. Todavía es visible el dolor y la angustia reflejado en familiares de ya casi una tercera generación de quienes sufrieron ese tormento y extinción, un genocidio apenas reconocido por un país que prefirió cerrar abruptamente heridas de la forma más indecente y abyecta para continuar con una supuesta democracia que ninguna justicia ha hecho con quienes siguen llorando y sufriendo el hostigamiento más inhumano y amoral. PICO REJA, LA VERDAD QUE LA TIERRA ESCONDE se hace eco de esta infamia a través del testimonio de familiares y arqueólogos que trabajan en la fosa común hallada en el Cementerio San Fernando de Sevilla, Pico Reja, y de un importante material documental y de archivo que recupera gran parte de nuestra más dolorosa memoria. Un trabajo sobrio, necesario y valiente de Remedios Malvárez y Antonio Andújar, al que quizás solo sobre la aportación un tanto impostada y folclórica de Rocío Márquez y Antonio Manuel Rodríguez gestando una nana para despertar conciencias e imaginar las vidas que fueron tan vilmente truncadas.
En LA MIRADA DE LAS MUSAS Laura Alvea a la dirección y José Ortuño al guion fijan su atención en las y los modelos de desnudo de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla para tejer un análisis de la profesión, acabar con los falsos mitos y dar una pátina de humanidad y normalidad a quienes ponen su cuerpo inerte, lo que acarrea un buen número de afecciones físicas, al servicio del arte, pintura y escultura fundamentalmente, pero también la fotografía. El testimonio y la experiencia de Patricia Villaitodo sirven de línea argumental para un trabajo sencillo pero eficaz que ayuda a comprender las motivaciones que lleva a ejercer este trabajo y eliminar los tabúes que han crecido a su alrededor. Lástima que los cineastas se conformen con el testimonio de la retratada y otros agentes a su alrededor, sin indagar más sobre la historia de la profesión, sus altibajos y los obstáculos que a menudo han impedido su natural desarrollo. Laura Alvea por cierto se destaca actualmente como directora asistente de Benito Zambrano en la exquisita Pan de limón con semillas de amapola.
Al contrario que en el reciente documental de éxito España, la primera globalización de José Luis López-Linares, LA FLOTA DE INDIAS no es tan determinista ni pretende evangelizar sobre la grandeza de nuestro país, así como justificar nuestro imperio en contra de las corrientes que denuncian el expolio y la aniquilación que supuestamente lo sostienen. El documental de Antonio Pérez Molero va más allá, con una vocación eminentemente científica y testimonios muy acreditados que no se limitan a glorificar gratuitamente, con argumentos facilones, sino a divulgar de la manera más académica y educativa posible. Cierto que el empeño, así como la producción, es tan ambicioso que mucha de su información se queda en el camino por tanta acumulación de datos y detalles. Pero no cabe duda de que su puesta en escena es brillante, con cuidadas reconstrucciones de la época, los flamantes galeones de los que nosotros fuimos grandes ingenieros, y una profusa utilización de medios técnicos y recursos para dar al conjunto el empaque que luce. David Verdaguer pone voz a la narración, mientras las músicas mestizas rescatadas por Jordi Savall ilustran acertadamente las historias de comercio y piratería que protagonizaron esos siglos XVI y XVII de esplendor colonialista hispánico, con Sevilla naturalmente como gran capital económica y política de Europa. También la piratería moderna marítima tiene su hueco en esta producción, definiéndose tal como la representa Amenábar en su magnífica serie La Fortuna.
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