Dirección Javier Marco Guion Belén Sánchez-Arévalo Fotografía Santiago Racaj Música Nerea Alberdi y Vanessa Garde Intérpretes Roberto Álamo, Emma Suárez, Miguel Bernardeau, Manolo Solo, Pedro Casablanc, Simón Andreu, Olivia Delcán, Belén Ponce de León Estreno en el Festival de San Sebastián 19 septiembre 2021; en salas 5 noviembre 2021
Después de colaborar en los cortos Muero por volver y A la carta, premiado con un Goya, Javier Marco y Belén Sánchez-Arévalo debutan en el largometraje con un trabajo intimista y minimalista, una historia de amor entre personajes un tanto autistas por distintas razones. Un funcionario de prisiones inventa una vida ficticia para cortejar a la madre de un joven recluso. Parca en palabras e información, sabemos sin embargo que la delicada estrategia del protagonista le estallará en las manos tarde o temprano por su propio mecanismo. Mientras tanto asistimos a una emotiva relación, la que emprenden estos corazones heridos y solitarios, carne de vida rutinaria en barrios periféricos a los que Álamo y Suárez ponen su alma y empeño.
Sin embargo la propia estrategia del guion, que nos ahorra todo tipo de detalles sobre el pasado no obstante tangible de sus personajes, y evita dar a conocer los motivos que les han llevado a su situación, hace que la complicidad con el espectador decaiga y tan solo quede un ejercicio de intriga romántica en el que su buena realización y el impecable trabajo de sus protagonistas consiguen plasmar toda la emoción del relato.
Curiosamente es el hijo de Ana Duato, compañera de Emma Suárez en El perro del hortelano, quien interpreta aquí al hijo de la segunda. Aparte de esa historia de amor condicionada, la película pretende no sin reparos transmitir la idea de que la ficción se convierte en realidad cuando nos empeñamos en ello, de ahí que surja otro personaje misterioso cuyo origen también se nos ahorra. Además de las otras virtudes señaladas, la aportación musical de Nerea Alberdi y Vanessa Garde a partir de la cantata Cessate, omai cessate de Vivaldi, contribuye a dar finura a este relato de la impotencia y la soledad. Lástima que como ocurre tantas otras veces, el conjunto no esté bien resuelto y su reflexión no llegue a cuajar.
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