USA-Reino Unido 2023 158 min.
Dirección Ridley Scott Guion David Scarpa Fotografía Dariusz Wolski Música Martin Phipps Intérpretes Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Rupert Everett, Edouard Philipponnat, Miles Jupp, Ian McNeice, Ben Miles, Matthew Needham, Youssef Kerkour, Phil Cornwell, Ludivine Sagnier Estreno en Estados Unidos y Reino Unido 22 noviembre 2023; en España 24 noviembre 2023
Suele suceder que cuando una película muy esperada viene precedida de críticas poco galantes, nos acercamos a ella con una conducta más complaciente y generosa y no la vemos tan mal. Es cierto que la visión que Ridley Scott da a sus casi noventa años del emperador francés es bastante plana y superficial, apenas enfocada en algunos episodios a plasmar su talento para la estrategia bélica, y en muchos otros a destacar su talante romántico sumergido en un romance eterno con Josefina. La figura del mítico mandatario ha sido llevada al cine muchas veces, pero de forma directa y biográfica que sea capaz de cubrir un amplio espectro de su vida, desde sus primeras victorias en Tolón, Egipto, Italia o contra la sublevación realista de 1795, hasta su retiro forzoso a la isla de Santa Elena después de haber ya probado el exilio en la isla de Elba, sólo la legendaria película de Abel Gance, uno de los últimos coletazos épicos del cine mudo, lo había abordado. Otras cintas trataron episodios aislados de su vida, ya fueran bélicos como Guerra y paz, Waterloo o Austerlitz, en relación a algunas de sus batallas más memorables y que conforman los momentos más espectaculares de la cinta de Scott, o sus episodios románticos como Desirée o Maria Walewska, amantes que en esta cinta han pasado directamente al olvido como si Bonaparte sólo hubiera amado de manera incondicional y fiel a Josefina.
Por lo demás, cabe reconocer a Scott su capacidad para devolver la gran épica al cine de Hollywood, ya sea evitando los efectos digitales o disimulándolos tan bien que todo parece terriblemente realista como en aquellos tiempos en los que se contrataban miles de extras. El trío de escenas grandiosas lo completa la coronación, a imagen y semejanza del enorme cuadro de Jacques-Louis David colgado en el Louvre, y del que la cinta se hace eco a través del diseño in situ del boceto. Joaquin Phoenix, improbable físicamente como el personaje, hace lo que puede con el guion que le ha encomendado el irregular David Scarpa, que ya colaboró con el director de Alien en Todo el dinero del mundo, pero que recordemos también se cargó el remake de Ultimátum a la Tierra. Mientras, Vanessa Kirby se limita a prestar su físico y expresividad para lograr con éxito una reina seductora y a ratos desconcertada.
En el apartado musical el director no parece tener suficiente con la partitura original de Martin Phipps, quien entre otras cosas aprovecha la batalla sobre el hielo de Austerlitz para ponerle música al estilo de Prokofiev para Alexander Nevsky. Scott coloca además estratégicamente obras populares del clasicismo y el barroco, Boccherini y Vivaldi incluidos, y hasta música de otras películas, como el tema de Dario Marianelli para Orgullo y prejuicio en las escenas románticas. En cuanto a la polémica sobre haberse rodado íntegramente en inglés, no merece prestarle mucha atención, toda vez que aquí la mayoría la verá doblada al castellano, mientras lo lógico es rodarla en el idioma que domina la mayoría del reparto y el público mayoritario al que va destinada. Más lamentable es haber obviado el papel de España en la historia de Napoleón; no parece que a Scott le interese mucho el tema, ni siquiera teniendo un cronista tan ilustre como Goya para corroborarlo. Quizás en la versión de ¡cuatro horas! que se emitirá próximamente en Apple TV se acuerden del 2 de mayo. De cualquier modo lo más vulgar de la cinta son sus escenas ralentizadas, y son muchas.
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