Guion y dirección Matthew J. Saville Fotografía Martyn Williams Música Marlon Williams y Mark Perkins Intérpretes Charlotte Rampling, George Ferrier, Marton Csokas, Edith Poor, Carlos Muller, Tane Rolfe, Cameron Carter-Chan, Alexander Sharman Estreno en Nueva Zelanda 26 agosto 2021; en España 1 noviembre 2023
No hay ningún personaje en esta película que atienda al nombre de Juniper, tal como parece querer indicar su título y el hecho de que en nuestro país no se haya traducido por Junípero, el árbol al que no sabemos muy bien por qué hace sin duda alguna referencia. Es difícil encontrar aquí una identificación entre este árbol frondoso y la relación entre una abuela y su nieto que propone su argumento como eje principal de su delicado análisis. Más de dos años desde su estreno en Nueva Zelanda, su país de origen, y tras su paso por el Festival de Valladolid hace poco más de una semana, se estrena casi de incógnito este pequeño pero interesante film.
El duelo interpretativo entre la veterana y siempre espléndida Charlotte Rampling y el joven George Ferrier centra la mayor parte del interés de una película que deambula entre el drama familiar psiconalítico y el telefilm de sobremesa con intenciones de ayuda sentimental. La superación de una pérdida, muy común entre los y las más jóvenes que padecen una profunda y larga crisis personal, y los sinsabores que da la vida cuando ya no queda mucho por delante para disfrutar, especialmente si tu profesión no sólo te ha apartado de los tuyos sino que te ha obligado a sufrir el dolor ajeno, convierten a los dos protagonistas de esta función en dos almas necesitadas de apoyo y comprensión. Corresponde a la pericia y el talento de su director y guionista conseguir que la terapia que resulte inevitablemente de este encuentro choque convenza holgadamente, cosa que lamentamos no poder plenamente confirmar.
Lograda en algunos de sus aspectos, el conjunto no llega a emocionar suficientemente, mientras en su desarrollo se atisban lagunas difíciles de encajar. Al duelo interpretativo, lo mejor de la función, hay que añadir la competente comparsa que integra a un padre huidizo, una cuidadora complaciente y unos colegas inocentes. La elegante y calmada cadencia de su desarrollo y los amables paisajes en los que se ambienta, hacen el conjunto más digerible de lo que su propósito, sin duda interesante pero insuficientemente desarrollado, reclama.
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