Dirección David Trueba Guion David Trueba y Albert Espinosa, según la novela de Gerard Jofra Fotografía Sergi Vilanova Claudín Música Andrea Motis Intérpretes David Verdaguer, Carolina Yuste, Pedro Casablanc, Ramón Fontseré, Marina Salas, Matilde Muñiz, Quimet Pla, Cristina Hoyos, Ferrán Rañé, Márius Vila i Ametller, Jacob Llopis Estreno 1 noviembre 2023
Siempre activo en el documental, David Trueba no se ha prodigado sin embargo demasiado en la ficción. Desde su debut en 1996 con La buena vida, apenas ha dirigido ocho largometrajes antes de esta biografía del humorista Eugenio. Con escalas fundamentales en Soldados de Salamina y Vivir es fácil con los ojos cerrados, y tres años después de estrenar casi de tapadillo A este lado del mundo, su particular incursión en el trágico mundo de la inmigración, Saben aquell podría ser una de sus mejores películas. No hemos leído el libro del hijo de Eugenio en que se basa, pero acertamos a comprender que debe estar escrito con el mismo cariño con el que Trueba ha confeccionado su triste y a la vez divertido homenaje al humorista catalán. Una combinación que refleja a la perfección el carisma de este personaje, capaz de hacernos reír hasta la médula a pesar de no mudar jamás un rictus triste y extremadamente serio, el mismo que según la información previa que tengamos puede hacernos reír o compartir su misma soledad y tristeza.
A diferencia de otras biografías similares, no se trata aquí ni mucho menos de desmitificar al homenajeado ni mostrarlo como un ser atormentado y agobiado por los vicios, aunque fume lo indecible, previo aviso de que sea inevitable para reflejar la época y la personalidad del retratado. Surge así ante nuestros ojos como una persona muy cariñosa y delicada, capaz de protagonizar una historia de amor tan sensible y emotiva como la que vivió junto a su esposa de origen andaluz, Conchita. En este sentido, la interpretación de Verdaguer y Yuste resulta fundamental para llevar a buen puerto esta empresa, y por supuesto que cumplen con nota alta su cometido, él como perfecto recreador del estilo de Eugenio, además de resultar convincente y carismático en sus intervenciones domésticas, y ella perfecta una vez más, en esta ocasión como fiel compañera y humilde cómplice de su éxito. El paso del tiempo, especialmente en un país que atravesó del gris del franquismo a la esperanza de la democracia, y que hoy sufre de nuevo la bipolarización por un anticatalanismo absurdo e incomprensible, convierte la sensibilidad con la que Trueba ha dirigido su película en una de las aportaciones más inteligentes y emocionantes al encuentro entre culturas, sobre todo centrándose en la figura de Conchita, andaluza catalanoparlante perfectamente integrada en un ambiente que hoy tantos se empeñan en considerar hostil.
Una perfecta ambientación y la referencia a grandes iconos del momento, igualmente trágicos, como Cecilia o Nino Bravo, siempre tratado desde el respeto y la sensibilidad más absoluta, completan un film tan disfrutable como éste. Especial atención merecen las intervenciones de los directores Paco Plaza dando vida a Chicho Ibáñez Serrador, Félix Viscarret a un concursante del Un, dos, tres, y Sigfrid Monleón a un sacerdote, así como Miriam Díaz Aroca haciéndose cargo del personaje de Mayra Gómez Kemp. Pedro Ruiz y Mónica Randall interpretándose a sí mismos, o Lara Dibildos a su propia madre, Laura Valenzuela. Una mirada a un pasado a la vez tan triste y entrañable como el propio devenir de Eugenio Jofra y su encantadora familia.
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