lunes, 19 de febrero de 2024

FERRARI La cara trágica del éxito

USA-Italia-Reino Unido 2023 130 min.
Dirección
Michael Mann Guion Troy Kennedy-Martin, según el libro de Brock Yates Fotografía Erik Messerschmidt Música Daniel Pemberton Intérpretes Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Sarah Gadon, Gabriel Leone, Jack O’Connell, Patrick Dempsey, Erik Haugen, Giuseppe Fertinese, Giuseppe Bomfati Estreno en el Festival de Venecia 31 agosto 2023; en Italia 14 diciembre 2023; en Estados Unidos 25 diciembre 2023; en España 9 febrero 2024

Tras varios años inactivo, con apenas algún trabajo para la televisión, el director de Heat, El último mohicano, Colateral y El dilema, vuelve a la primera línea con un aseado biopic del magnate del automovilismo Enzo Ferrari, siguiendo para ello un estilo influido por el de Coppola para sus personajes italianos. Para ello se ha fijado en el libro de Brock Yates que apenas indaga en sus años de crisis y declive, cuando para emerger y reforzar su protagonismo en la materia, tuvo que empeñarse en la que acabaría siendo la última carrera de las Mil Millas que atravesaba Italia recorriendo peligrosamente carreteras comarcales y recibiendo los vítores de la población circundante. Eso mezclado con su crisis matrimonial y su vida en familia con amante en paralelo, problemas de descendencia y cuidado para no malograr la relación administrativa y empresarial que mantenía con su esposa, una Laura Ferrari a la que Penélope Cruz da vida con convicción y temperamento, y que a punto ha estado de suponerle una nueva nominación al Oscar.

Pero es precisamente ahí, a pesar de contar en el guion con el veterano Troy Kennedy-Martin (Un trabajo en Italia, Los violentos de Kelly o las series 24 horas al día y Reilly, As de espías), donde la película flojea, pues seguramente hubiera resultado más interesante fijarse en tan emblemático personaje en otra época de su vida, conocer su ascenso, sus éxitos y su evolución, en lugar de enfrascarse en un episodio marcado por la tragedia y la desesperación.

No es sin embargo la mala película que muchos le han tildado; está trabajada con ahínco desde todos sus elementos, con una buena puesta en escena y unos trabajos interpretativos de primer orden. Sobresalen personajes tan interesantes como el del piloto español, y también marqués, Alfonso de Portago, mientras algunas secuencias están recreadas con un realismo que hiere. Sin embargo fracasa en un montaje errático, desmenuzando en exceso situaciones que van y vienen, combinándose sin acierto ni sentido entre sí y distrayendo en definitiva nuestra atención. Constituye a pesar de todo un espectáculo notable, sencillo y suficientemente bien urdido como para resultar entretenido.

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