miércoles, 14 de febrero de 2024

CONCIERTO HILADO DE ANTÓN & MAITE PIANO DUO

Alternativas de cámara en colaboración con Juventudes Musicales de Sevilla. Antón & Maite Piano Duo: Antón Dolgov y Maite León, pianos; Programa: Le sacre du printemps, de Stravinski; En blanc et noir, de Debussy; El día y la muerte, de Fernando Remacha. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, martes 13 de febrero de 2024


Juventudes Musicales de Sevilla
trae una temporada más la música de cámara al Maestranza de la mano de jóvenes intérpretes, artistas en ciernes o ya consagrados, con un álbum incluso en su haber, como es el caso de este dúo pianístico integrado por los jóvenes Maite León y Antón Dolgov. En torno a una obra que cayó en sus manos por influencia de sus maestros, El día y la muerte del hoy olvidado Fernando Remacha aunque llegó a ganar tres veces el Premio Nacional de Música, antes y después del franquismo, el dúo ha confeccionado un programa en el que la muerte está muy presente y sus autores se interrelacionan a través del respeto y la admiración que se profesaban. Con este programa están recorriendo algunas plazas del país, y como ganadores del 2º Premio de Juventudes Musicales en 2017, ayer tarde recalaron en Sevilla.

Una transcripción para piano a dos manos de La consagración de la primavera, del propio Stranvinski, sirvió para romper el hielo, con los intérpretes demostrando agilidad y una profunda compenetración, mimando los colores de tan icónica partitura, y bordando todas sus asperezas y delicadezas con ese sentido del ritmo que le sirve de fuerza impulsora, sin caídas de tensión y con la imprescindible disciplina que provoca un estudio concienzudo y una preparación responsable de la partitura. León y Dolgov supieron dosificar los momentos electrizantes de la pieza con aquellos más reflexivos, combinando con acierto sus disonantes armonías y esos bruscos saltos entre episodios que atesora la partitura. Lástima que esa misma concepción estética se mantuviera en la obra de Debussy, donde su estilo delicado y aparentemente frágil quedó desdibujado en favor de una fuerza arrolladora y vehemente quizás no acorde al espíritu de una pieza que Debussy compuso cuando padecía cáncer y sufría los avatares de la Gran Guerra. La pulsación clara y precisa de los pianistas dejó entrever su arquitectura de forma cristalina, pero ese presupuesto de que el blanco y negro del título haya de provocar la transformación en colores del oyente, no llegó a producirse, de forma que el vals enérgico del primer movimiento no resultó tan etéreo como debía, el lento del medio resultó algo superfluo, y sólo el scherzo final, que el autor dedicó a Stravinski, sonó más en estilo.


La pieza de Fernando Remacha recuperada por los propios integrantes del dúo, resultó una agradable sorpresa que no oculta su admiración por la música de Debussy. Muy activo durante la Segunda República, con piezas entonces populares como el ballet La maja vestida o el poema sinfónico Alba, resurgió tras una etapa dedicada a la música de carácter religiosa, en los años ochenta del pasado siglo, cuando recibió el tercero de sus tres Premios Nacionales de Música. En El día y la muerte, el compositor navarro se adelanta inconscientemente al minimalismo, algo que el dúo comprendió dando a su interpretación un carácter mecánico y autómata sólo interrumpido por puntuales estallidos de melodía y color, y una zona central más ajetreada que también superaron con evidente sentido de la técnica. Su definitiva demostración de virtuosismo llegó de nuevo a dos manos con una propina en forma de agitado ragtime con incisiones relajadas y algún toque tropical en el que además se dieron citas numerosas bromas en forma de besos, silbidos y percusión sobre la madera del piano.

Fotos: Guillermo Mendo

No hay comentarios:

Publicar un comentario