miércoles, 22 de diciembre de 2021

FLEE Crónica animada del desarraigo totalitario

Dinamarca-Francia-Suecia-Noruega 2021 90 min.
Dirección Jonas Poher Rasmussen Guion Jonas Poher Rasmussen y Amin Nawabi Música Uno Helmersson Documental-Animación Estreno en el Festival de Sundance 28 enero 2021; en Dinamarca 17 junio 2021; en el Festival de Sevilla 9 noviembre 2021; en España previsto el 11 febrero 2022

Los actores Riz Ahmed de origen pakistaní, que saltó a la fama el año pasado cuando fue nominado al Oscar por su papel de roquero progresivamente sordo en la estupenda Sound of Metal, y Nicolaj Coster-Waldau, famoso entre otras cosas por ser uno de los protagonistas del fenómeno Juego de tronos, están entre los numerosos productores de esta curiosa película, híbrido entre la animación y el documental, que nos cuenta la historia y huida, de ahí el título Flee que significa darse a la fuga, de un refugiado afgano y su familia durante la Guerra Civil en aquel país que enfrentó a la Unión Soviética con los rebeldes muyahidines apoyados por Estados Unidos. 
Lo más interesante de este trabajo galardonado en los Premios Europeos del Cine en los dos apartados aludidos, documental y película de animación, además de con el Premio University, no es tanto lo que cuenta como la forma en que lo hace, a través de una depurada animación de corte casi realista aunque movimientos algo raquíticos, técnica que contribuye a colmar de cierta poesía y atracción estética una historia que ni así puede camuflar su crudeza.

Para cualquier país que ha sufrido una guerra civil en época moderna, y la primera mitad del siglo XX la podemos considerar así, resulta imposible abstraerse del dolor causado por el desarraigo y el exilio, sin contar con el penoso camino, a menudo tortuoso, que han de seguir las personas que huyen para alcanzar la siempre ansiada libertad a la que ningún ser humano debería jamás renunciar. Se da la circunstancia además de que el protagonista de la función es homosexual, aunque dicha condición no afecta en absoluto a su particular periplo a través de Rusia, Suecia y Noruega para lograr la estabilidad personal y familiar, superando si acaso la inexplicada desaparición del padre, un episodio al que nuestro país no ha sido todavía capaz de enfrentarse con todas las consecuencias a pesar de haber transcurrido ya ochenta años desde nuestra vergüenza bélica.

A pesar de su inexperiencia, solo un documental anterior le avala, Rasmussen logra llevar a buen puerto esta triste crónica, a través de coloristas estampas y personajes bien definidos, si bien apenas alcanzamos a comprender hasta qué punto podemos considerar la empresa un documental. Solo algunas secuencias reales extraídas de noticiarios y archivos logran aceptar ese género, mientras el resto se circunscribe en el drama adulto, con la única particularidad de rodarlo en dibujos animados dicen que para preservar la identidad del protagonista y su entorno, aunque él mismo parece haber participado en el guion. Su paso por el reciente Festival de Cine Europeo de Sevilla se saldó con el Premio Ocaña que se otorga en reconocimiento a la comunidad LGTBI.

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