martes, 7 de diciembre de 2021

FUE LA MANO DE DIOS Pasión italiana

Título original: É stata la mano di Dio
Italia 2021 130 min.
Guion y dirección Paolo Sorrentino Fotografía Daria D'Antonio Intérpretes Filippo Scotti, Toni Servillo, Teresa Saperangelo, Marlon Joubert, Luisa Ranieri, Renato Carpentieri, Massimiliano Gallo, Betty Pedrazzi, Biagio Manna, Ciro Capano, Enzo De Caro, Kino Musella, Sofya Gershevich, Birte Berg, Alessandro Bressanello Estreno en el Festival de Venecia 2 septiembre 2021; en Italia 24 noviembre 2021; en España 3 diciembre 2021; en Internet 15 diciembre 2021

Hay una secuencia prodigiosa en esta preciosa película. Una vecina, la Baronesa, seduce cual Mrs. Robinson al joven protagonista en un momento muy delicado de su vida. Lejos de resultar grotesca una relación esporádica sexual entre una septuagenaria y un joven de diecisiete años, la mano hábil y delicada de Sorrentino convierte ese momento incómodo en un emotivo encuentro más generoso que meramente placentero. En esa linea podemos decir que se desarrolla esta tierna crónica de la primera juventud del director de La gran belleza, la que muchos consideran su Amarcord particular.

No podemos negar que el director napolitano aprovecha prácticamente cada nuevo título para homenajear en cierto modo la filmografía de Fellini, pero sin renunciar a un lenguaje particular muy definido e identificable. Aunque nos encontremos ante uno de los títulos más convencionales a nivel dramático y narrativo del autor de La juventud, su capacidad visual y su universo particular se dejan entrever también en esta comedia coral en su primera mitad, y reflexiva crónica sobre el paso del tiempo y las huellas de nuestros seres queridos en la segunda. Fue la mano de Dios es además una exhibición de pura pasión, esa fuerza inconfundiblemente italiana que ha hecho que tanto les admiremos como envidiemos, que logre colocar en el mundo entero su filosofía y cultura, desde las artes a la gastronomía, y que en la película de Sorrentino se traduce en sus primeros contactos con el cine y el fútbol.

La llegada de Maradona, el Dios del título, a Nápoles a mediados de los ochenta, y el encuentro del joven Fabietto, sosías del propio realizador, con el director también napolitano Antonio Capuano, marcan esa pasión que se traduce también en esas mujeres voluptuosas, señal de machismo que no nos queda más remedio que perdonar a su responsable, y el peso de la familia y la educación. Todo eso y más sugiere esta emocionante, conceptual y visualmente mágica película que logró en Venecia el Gran Premio del Jurado y que pronto desaparecerá de la cartelera para enclaustrarse en las plataformas digitales, bajo secuestro y en pantalla doméstica.

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