Reino Unido-Rumanía-Italia 2020 96 min.
Guion y dirección Uberto Pasolini Fotografía Marius Panduru Música Andrew Simon McAllister Intérpretes James Norton, Daniel Lamont, Eileen O’Higgins, Chris Corrigan, Valene Kane, Keith McErlean, Rhoda Ofori-Attah, Siobhan McSweeney, Niamh McGrady, Caolan Byrne, Roisin Gallagher Estreno en el Festival de Venecia 10 septiembre 2020; en Irlanda 16 julo 2021; en España (no en Sevilla) 17 diciembre 2021
En Nunca es demasiado tarde (Still Life) Eddie Marsan interpretaba a un funcionario encargado de encontrar a parientes de personas fallecidas. En un proceso narrativo muy parecido al que protagonizaban Ricardo Darín y Javier Cámara en Truman, donde el primero buscaba a algún o alguna conocida o amigo que se hiciera cargo de su perro al saberse enfermo terminal, en Cerca de ti un joven padre al que apenas le quedan unos meses de vida, busca padres adoptivos para su hijo de apenas cuatro años, al haber sido ambos abandonados por la madre y sin parientes conocidos en el horizonte. La película se convierte así en un peregrinaje moral y sentimental entre parejas y candidatas monoparentales, a la vez que una eterna historia de amor incondicional, resignación ante lo que nos depara el destino y complicidad absoluta entre un padre y un hijo cuyos momentos íntimos y domésticos se convierten en el mejor análisis de una relación que directamente nos roba el corazón.
Sin duda al director italiano afincado en el Reino Unido Uberto Pasolini, le interesa la muerte y estas historias de herencias sentimentales y arreglos de la posteridad que tengan como referente emociones sinceras y profundas sin caer en el drama fácil ni la lágrima tramposa. Rodada en Irlanda del Norte y poblada de personajes tan amables como heridos por las circunstancias, Cerca de ti se erige en entrañable ensayo sobre la responsabilidad paternal, el cariño más tierno y duradero y la generosidad más absoluta, algo así como hace justo un siglo representaba esa obra maestra rescatada también recientemente que es El chico de Chaplin.
Los tiempos cambian y los parámetros podrán ser distintos, pero los sentimientos perduran y la responsabilidad y el amor son ahora tan tangibles como lo han sido siempre. En el proceso James Norton, a quien apenas hemos visto en un par de largometrajes, Mujercitas entre ellos, y muchas series televisivas de corte decimonónico, como Guerra y paz, hace un trabajo encomiable, sereno y matizado, pero es el niño Daniel Lamont quien nos roba el corazón con sus ojos ben abiertos, su mirada inocente y su preciosa presencia. LO que no se entiende es que largometrajes como este que han ganado premios del público prácticamente en cada certamen al que se ha presentado, incluido el de Valladolid, reciban luego una distribución tan tacaña y lamentable.
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