Guion y dirección Marc Romero Fotografía Amando Crespo Música Víctor Tarín y Luis López Pinto Intérpretes Ana Fernández, Javier Albalá, Antonia San Juan, Eulalia Ramón, Alfredo Carbajo Villa, Carlos Reyes, Javier Ruiz Bobillo, Jonás Torres, Ion Manresa, Yohana Cobo, Paloma Paso Jardiel, Macarena Gómez, Álex Viciano, Andrea Pereira, Luz Carrera, Carla Martín, Raquel Cubillo Estreno en el Festival de Málaga 29 agosto 2020; en salas 22 abril 2022
Casi dos años lleva esperando estreno esta película tras su paso por el Festival de Málaga, y parece que en el camino haya perdido unos diez minutos de metraje. El debutante Marc Romero refleja una notable inquietud y empeño en contar la trágica historia que todos y todas conocemos de las niñas de Alcácer o Alcàsser, asesinadas brutalmente en 1992 por Antonio Anglés, todavía en paradero desconocido, y Miguel Ricart, liberado de la cárcel por su implicación en el crimen hace ya casi una década. Romero acusa la ingenuidad propia de alguien con una precaria experiencia, y se limita a ofrecer con gramática pulcritud pero falta de un contundente desarrollo dramático, la consabida crónica de unos hechos nunca suficientemente esclarecidos.
Su película no llega más allá de lo que conocimos en su momento por unos boletines informativos que en esta ocasión adoptan un formato tan caricaturesco, casi grotesco, que no acertamos a entender qué sentido tienen dentro de un drama tan contundente como el que cuenta la película. Centrada en tres vertientes fundamentales, el dolor de las familias, el recorrido de los verdugos y la investigación criminal, de lejos lo más flojo y convencional de la cinta, Romero no consigue insuflar a su proyecto de la suficiente entidad dramática e intensidad emocional como para provocar al menos un moderado entusiasmo. Sin embargo tiene el acierto de evitar caer en la tentación de lo escabroso y ahorrarnos momentos insufribles, quizás por respeto a las familias. La brutalidad del emblemático asesino se centra en un episodio anterior protagonizado por Macarena Gómez, mientras su perfil complejo se traza de manera harto innecesaria en una secuencia sexual dentro de la cárcel.
La empresa podría haber sido más decepcionante si el director se la hubiera tomado más a la ligera y no hubiera puesto a su servicio todos los recursos a su alcance. Puede que algunas de sus interpretaciones sean demasiado forzadas, y que en el desarrollo su guion deje muchos flecos sin resolver, incluso que sobre tanta música enfatizando un drama que no necesita más florituras, pero en general puede verse como crónica de un suceso que conmocionó a todo un país y sentó las bases de la cobertura informativa y sensacionalista que a partir de entonces sufrirían este tipo de aberrantes crímenes. Quizás de haber ido por ahí los derroteros, o haber hecho más hincapié en la posible conspiración que pudiese rodear al suceso, con un más depurado trabajo de documentación, habría provocado un mayor interés en público y cronistas.
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