lunes, 25 de abril de 2022

VENECIAFRENIA Gran guiñol de terror veneciano

España 2021 100 min.
Dirección
Álex de la Iglesia Guion Jorge Guerricaechevarría y Álex de la Iglesia Fotografía Pablo Rosso Música Roque Baños Intérpretes Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Nicolás Illoro, Alberto Bang, Cosimo Fusco, Enrico Lo Verso, Caterina Murino, Nico Romero Estreno en el Festival de Sitges 9 octubre 2021; en salas 22 abril 2022

No es justo que nuestra crítica utilice una distinta vara de medir para productos norteamericanos de esta índole y los que nos atrevemos a realizar en España, partiendo siempre de mayores limitaciones y recursos a menudo más precarios. La última película de Álex de la Iglesia, tras más de cuatro años de ausencia en la gran pantalla, y con el éxito reciente de 30 monedas en la televisión de la pandemia, mejora con creces la calidad de los productos que con iguales intenciones pero mucho menos ingenio, y machacando estructuras archivistas, nos llegan del otro lado del Atlántico.

Es inútil pretender que con su sencilla premisa de partida el director vasco quiera postular sobre un tema particularmente trascendental como es la inasumible invasión de turistas en ciudades históricas como Venecia o, sin ir más lejos, Sevilla, donde el centro histórico se ha convertido en un parque temático plagado de bares, restaurantes, hoteles de lujo y pisos turísticos. La llegada masiva de viajeros y viajeras en cruceros está naturalmente mermando la calidad medioambiental y poniendo en peligro el patrimonio de ciudades como estas, pero para de la Iglesia no es más que un punto de arranque para uno de sus queridos teatros de guiñol, nunca mejor que ahora ambientado en una ciudad tan anclada a la comedia del arte, el disfraz y la decoración recargada. Ahí llegan unos ruidosos turistas españoles, tanto que casi deseamos que los aniquilen; pero no nos engañemos, así somos los turistas españoles, víctimas de la prepotencia y la mala educación. A partir de ahí se suceden las desapariciones y los asesinatos, y serán las mujeres quienes tomen la iniciativa para resolverlos y recuperar a sus amistades con vida. Ellos se muestran egoístas y cobardes.

Por lo demás solo nos cabe dejarnos seducir por el ambiente ingenuamente malsano que propone, sus continuos momentos de inquietud y su particular homenaje al giallo ya desde unos títulos de crédito que emulan por igual a Mario Bava y Dario Argento. Si encima se esmera en su puesta en escena y nos ofrece una adecuadísima banda sonora del siempre eficiente Roque Baños, esta vez apoyado en ese diabólico violín que suele acompañar la mirada grotesca del mal, tampoco hace falta pedirle más.

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