martes, 11 de febrero de 2020

BLISS Cruce gore entre Fausto y vampiros

USA 2019 80 min.
Guion y dirección Joe Begos Fotografía Mike Testin Música Steve Moore Intérpretes Dora Madison, Tru Collins, Rhys Wakefield, Jeremy Gardner, Graham Skipper, George Wendt, Abraham Benrubi, Chris Mckenna, Rachel Avery Estreno en Estados Unidos 27 septiembre 2019; en España 7 febrero 2020

Justo antes de iniciarse la película la pantalla nos advierte, al estilo de aquellas películas clasificadas “S” de las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, que algunas secuencias de las películas pueden generar malestar y convulsiones involuntarias en el espectador, especialmente los propensos a ataques epilépticos. Esto ya da idea de por dónde van los tiros de la nueva película de Joe Begos, un director independiente y underground que poco a poco va generándose fama de realizador de culto.

Sus anteriores películas, Casi humanos, Poder mental y VFW, evidenciaban su veneración por directores como John Carpenter o David Cronenberg, pero apostando por una puesta en escena mucho más bizarra y hasta sucia, como la que propone en este descenso al infierno de una joven artista que ha perdido la inspiración y la disciplina. La frustración le llevará a un particular pacto con el diablo en forma de vorágine de sexo, drogas, alcohol y sangre que derivará en un delirio absoluto, una apuesta potente y prácticamente nauseabunda que deambula entre el cine de vampiros, la literatura de Wilde y Poe, y la tradición del cine underground americano de los años setenta.

Movimientos electrizantes, luces rojas y mucho gore caracterizan este espectáculo digno para frikis del género y buscadores de experiencias al límite bañadas en rock duro y estridente. Los amantes de la sangre y las vísceras saldrán contentos en este tour de force de la actriz Dora Madison, que habrá tenido que soportar condiciones insoportables de suciedad e incomodidad extremas.

domingo, 9 de febrero de 2020

VIDA OCULTA La pasión en un marco roto

Título original: A Hidden Life
USA-Alemania 2019 180 min.
Guion y dirección Terrence Malick Fotografía Jörg Widmer Música James Newton Howard Intérpretes August Diehl, Valerie Pachner, Matthias Schoenaerts, Karin Neuhäuser, Maria Simon, Michael Nyqvist, Bruno Ganz, Tobias Moretti, Martin Wuttke, Karl Markovics, Franz Rogowski, Florian Schwienbacher Estreno en el Festival de Cannes 19 mayo 2019; en Estados Unidos 13 diciembre 2019; en España 7 febrero 2020

Apenas dirigió cinco películas en cuarenta años, entre Malas tierras y El árbol de la vida, y todas se estrenaron en nuestro país religiosamente, y valga el término en toda su acepción tratándose de este singular director. Sin embargo a partir de esta última se entregó a una vorágine de estrenos casi anuales, algunos de carácter documental y experimental y dos largometrajes de ficción, Knight of Cups y Song to Song, que ni por estar protagonizados por rutilantes estrellas de Hollywood conocieron estreno comercial en España. Ahora llega por lo tanto su primer estreno entre nosotros desde To the Wonder, esta Vida oculta que narra los hechos reales que condujeron a un iluminado campesino austriaco al tormento y el éxtasis tras renunciar a prestar juramento de lealtad al Führer en plena guerra mundial. Un significativo objetor de conciencia que Malick utiliza para crear una pretenciosa fábula existencial, tan trascendental y poética en sus postulados como pomposa y pedante en sus resultados.

Lo más apreciable del conjunto es su tendencia a generar nuevas experiencias sensoriales combinando imagen y sonido como pocas veces se ha logrado en pantalla, lo que resulta en un espectáculo estético considerable, aunque en más de una ocasión parezca que pueda aparecer Julie Andrews entonando The Sound of Music en las verdes praderas de los Alpes autriacos. Mejor le hubiera ido a Franz Jägerstätter si hubiera decidido huir a las montañas ante la amenaza nazi, como hizo la familia Trapp en el clásico musical. Por el contrario este campesino con vocación de mártir decide, siempre según el misticismo imperante en el cine de Malick, someterse a un vía crucis semejante al que vivieron Cristo o personajes históricos como Juana de Arco, en un inexplicable contexto militar en el que de forma poco convincente los villanos alemanes empeñan mucho tiempo y esfuerzo en redimir al prófugo, sometiéndolo a un sinfín de tentaciones que reafirman su improbable y ciega confianza en un más allá dominado por el mismo Creador de los idílicos paisajes en los que disfrutan de una feliz existencia el protagonista y su enamorada esposa, junto a tres exquisitas querubinas que nunca crecen, ni en la imaginación del sufriente protagonista ni en la dura vida que sorprende a la aguerrida esposa, abandonada a trabajos en los que tanto se echa en falta la fuerza genuina del hombre en mayúsculas.

Tres horas necesita, entre imposibles encuadres y proliferación de ángulos complejos, el director de Días del cielo, La delgada línea roja y la insufrible El árbol de la vida, para contarnos esta historia de fe inquebrantable y espíritu combativo desde el pacifismo y la resistencia, en un ejercicio que personalmente me hizo recordar constantemente la preciosa carátula de uno de los primeros discos de Depeche Mode, A Broken Frame, ese marco roto por la maldad humana, el libre albedrío con el que el Catolicismo justifica el continuo quebranto de la belleza divina que provoca el hombre con su tiranía y villanía innatas. Al menos esta vez la prepotencia del director, del que siempre adoraremos esos Días del cielo que valió un Oscar a Néstor Almendros y dejó a las puertas de otro a Ennio Morricone en su primera nominación al premio de la Academia, no se ha traducido en desprecio de la música original compuesta por James Newton Howard, como sí hizo con James Horner a propósito de El nuevo mundo y Alexandre Desplat con El árbol de la vida. Es sí, hace compartir la lírica y etérea música de Howard, con violín solista protagonista, con su habitual lista de grandes éxitos trascendentales de la música clásica, desde Pärt a Górecki pasando por Bach, Händel y Dvorák. Demasiado para el cuerpo, no digamos ya para el espíritu.

¿DÓNDE ESTÁ MI CUERPO? La mano que mece el destino

Título original: J’ai perdu mon corps
Francia 2019 81 min.
Dirección Jérémy Clapin Guion Jérémy Clapin y Guillaume Laurant Música Dan Levy Animación Estreno en el Festival de Cannes (Semana de la Crítica) 17 mayo 2019; en Francia 6 noviembre 2019; en Internet 29 noviembre 2019

Esta sencilla e imaginativa película de animación compitió en los Premios Europeos del Cine con la española Buñuel y el laberinto de las tortugas, que fue la que se alzó finalmente con el premio y no figura entre las nominadas al Oscar, donde sí se encuentra paradójicamente esta cinta francesa, compitiendo con la también española Klaus, que perdió el Goya en favor de Buñuel; para que vean lo anecdótico y poco fiable que es esto de los premios

En ¿Dónde está mi cuerpo? asistimos al drama existencial de un joven de familia inmigrante posiblemente argelina, que ha experimentado a lo largo de su todavía corta vida la pérdida en varias de sus vertientes y busca en el transcurso de un determinante periplo de su existencia su propia identidad y el sentido de la vida. Nos encontramos por lo tanto ante una cinta de dibujos animados artesanalmente realizada que culmina determinantemente su vocación de película para adultos, más allá incluso del manga en el que parece querer anclar su vertiente fantástica y romántica, pues en el aspecto estético parece reivindicar más la tradición del cómic occidental. Lúcida a ratos y a la vez intrigante, deambula entre esa búsqueda del joven protagonista de su rumbo y su felicidad, y el recuerdo de una infancia marcada por la tragedia que determina el periplo de una mano cercenada en busca de su dueño a través de las calles de, otra vez posiblemente, París.

Poética y delicada, todo parece indicar que estemos ante una reivindicación de la independencia y la libertad más absoluta, lejos de cualquier atisbo de propiedad, incluso entre los miembros de nuestro propio cuerpo, mientras entre coloristas estampas y otras de grado melancólico en blanco y negro, se van deslizando en un espectáculo que fracasa en ritmo, ofreciéndose rápido y ágil por momentos, frenado por otros más dilatados que demuestran cierta falta de brío y lógica interna, único pero posible a una cinta que indaga en lo existencial que hay en cada uno y una de nosotras.

sábado, 8 de febrero de 2020

DIAMANTES EN BRUTO Con el corazón a más de cien

Título original: Uncut Gems
USA 2019 135 min.
Dirección Ben Safdie y Joshua Safdie Guion Ronald Bronstein, Ben Safdie y Joshua Safdie Fotografía Darius Khondji Música Daniel Lopatin Intérpretes Adam Sandler, Kevin Garnett, Julia Fox, Idina Menzel, LaKeith Stanfield, Eric Bogosian, Judd Hirsch, The Weeknd, Sean Ringgold, Sahar Bibiyan, Keith Williams Richards, Tommy Kominik y las voces de Tilda Swinton y Natasha Lyonne Estreno en el Festival de Toronto 9 septiembre 2019; en Estados Unidos 25 diciembre 2019; en Internet 31 enero 2020

Como si de un reclinatorio ante un sacerdote católico se tratara, he de confesar dos cosas en relación a esta excepcional película. La primera es que no tenía ni idea de quiénes eran los hermanos Safdie, ni he seguido su trayectoria independiente integrada por títulos de culto como Lenny Cooke, Heaven Knows What y Good Time. Y la segunda es que la crítica de un compañero en un periódico local fue lo que generó en mí el interés por verla, hecho lo cual no me queda más remedio que rendirme a sus indiscutibles méritos. Y eso que partimos de un tipo de cine que no acaba de convencerme, y que ha generado los mayores logros y señas de identidad de tipos como Scorsese, no en vano uno de sus múltiples productores, al igual que Scott Rudin, un todoterreno que ha confiado en todo tipo de géneros casi siempre con buen olfato.

Enmarcado entre dos viajes cósmicos, uno a través del cuerpo y el otro del universo humano, acompañados de una enigmática música electrónica y tan vintage que recuerda al más estridente Vangelis, asistimos a la vida sin pausa ni freno de un empresario judío que trapichea con joyas de altísimo nivel y se rodea de clientes del más alto standing, entre quienes se encuentran Kevin Garnett, jugador del equipo de baloncesto Boston Celtics, que se interpreta a sí mismo provocando la extenuante trama del film. Su protagonista, un Adam Sandler sorprendente, sin duda convenientemente exagerado y muy alejado de esos personajes de mirada estupefacta a los que nos tiene acostumbrados, vive una auténtica bajada a los infiernos entre deudas y negocios en potencia, mientras sufre buscando el equilibrio perfecto entre su familia, con una espléndida Idina Menzel (la voz de Elsa en Frozen) como esposa, y su amante, el sensacional debut de Julia Fox.

Cuesta trabajo entrar en esta vorágine de ritmo frenético y lenguas afiladas, pero una vez sumergidos en su desenfrenado universo no resulta difícil dejarse seducir por él y zambullirse en su taquicárdica propuesta, una montaña rusa de alto voltaje que demuestra que no todo está dicho ni siquiera en géneros tan transitados como éste de mafias neoyorquinas. Supone además un retrato exhaustivo y comprometido de la tradición hebrea del negocio y el culto al dinero, incuso en un ambiente tan al límite de la legalidad como éste en el que se desarrolla su incómodo y delirante argumento. Entre los secundarios de lujo que adornan su reparto cabe destacar la voz de Tilda Swinton como directora de una elegante casa de subastas neoyorquina. Estrenado tan en la frontera entre años, es una demostración más de la poca fiabilidad que tienen los premios, en este caso unos Oscar que no la han tenido en cuenta entre tanta mediocridad nominada.

viernes, 7 de febrero de 2020

EL ESCÁNDALO (BOMBSHELL) Intento desvaído de dar voz al "Me Too"

Título original: Bombshell
USA 2019 108 min.
Dirección Jay Roach Guion Charles Randolph Fotografía Barry Ackroyd Música Theodore Shapiro Intérpretes Charlize Theron, Margot Robbie, Nicole Kidman, John Lithgow, Allison Janney, Kate McKinnon, Malcolm McDowell, Mark Duplass, Connie Britton, Liv Hewson, Brigette Lundy-Paine, Rob Delaney, Robin Weigert, Amy Landecker, Ben Lawson, Josh Lawson Estreno en Estados Unidos 20 diciembre 2019; en España 7 febrero 2020

Charles Randolph, que ganó un Oscar por escribir en colaboración con Adam McKay el guion de La gran apuesta, una celebrada crónica de la especulación bursátil e inmobiliaria que dio lugar a la crisis económica de 2008, parecía la elección ideal para dar vida a esta película que denuncia los acosos sexuales que acabaron con la carrera del magnate de la televisión Roger Ailes en 2016, en plena campaña de Donald Trump por la presidencia de los Estados Unidos, de quien era asesor político. Una influyente periodista de su plantilla, Gretchen Carlson (Kidman) lo denunció, y a ella le siguieron otras importantes colaboradoras de la cadena de noticias Fox News, entre ellas la muy progresista en términos relativos Megyn Kelly. Quien no parece muy adecuado para montar este espectáculo denuncia es Jay Roach, responsable de las franquicias de Austin Powers y Los padres de ella, que probó a redimirse como autor serio hace unos años con Trumbo, una áspera y agria crónica del famoso guionista de Espartaco y Éxodo, Dalton Trumbo, víctima de la terrible Caza de Brujas del senador McCarthy, que brilló especialmente por la sensacional interpretación de Bryan Cranston.

Roach sin embargo parece haber querido mimetizar las hechuras de McKay y ofrecernos una cinta frenética en ritmo, datos, información y personajes, tanto que a ratos resulta difícil de digerir y asimilar. Mucho mejor en los momentos más pausados, cuando deja respirar a sus espléndidos interpretes y se puede apreciar el notable trabajo de maquillaje que hace irreconocibles a John Lithgow (Ailes) y Malcolm McDowell (Rupert Murdoch, el dueño de la cadena). Con tanto empeño en insuflar ritmo y agilidad a la empresa, Roach olvida dotar al conjunto del suficiente grado de interés e indignación que la historia demanda, lo que unido a una puesta en escena peregrina, casi sin entusiasmo, provoca que esta aproximación al Me Too resulte algo descafeinada y fuera de tono, como si no supiera encajar entre la comedia sofisticada y el drama político y social de denuncia al que pertenece.

Estas mujeres explosivas o bombas sexuales a las que hace alusión el título original acaban siendo su mayor atractivo, lo que no deja de ser paradójico. Se redime con secuencias de alto potencial dramático como la que describe el abuso al que es sometido el personaje de Margot Robbie, y con la visibilidad de estas poderosas y valientes mujeres que tanto arriesgaron para probar una lacra mucho más extendida de lo que creemos y durante tanto tiempo normalizada. Y éstas ya estaban establecidas; duele pensar en las que se quedaron en el camino por no sucumbir a los deseos de estos "viejos verdes".

Estreno de SOLO NOS QUEDA BAILAR

Estreno en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 8 noviembre 2019
Estreno en salas comerciales 7 febrero 2020

lunes, 3 de febrero de 2020

UN AMERICANO EN PARÍS CON ORQUESTA: IT'S WONDERFUL! IT'S MAGIC!

Un americano en París con Orquesta. Música de George Gershwin. Orquesta Sinfónica Camera Musicae. Anthony Gabriele, director. Cartuja Center, domingo 2 de febrero de 2020

Hace ya medio siglo que la recuperación de grandes partituras cinematográficas se convirtió en tarea de algunas de las orquestas sinfónicas más prestigiosas del mundo. Las ya míticas grabaciones de Charles Gerhardt al frente de la National Philharmonic en la década de los setenta del siglo pasado, fueron el arranque de una moda que se ha extendido hasta nuestros días y que dio paso también a la interpretación de estas músicas en escenarios de todo el planeta. Sevilla fue pionera y ahora abraza por primera vez una nueva práctica que se va extendiendo también de forma más que satisfactoria, como es la recreación en directo de las bandas sonoras de clásicos del cine. Es cierto que ya hemos disfrutado en varias ocasiones de esta práctica cuando se trataba de películas mudas. Nuestra Sinfónica ha interpretado en el Maestranza la música de La revoltosa y de la Carmen de Cecil B. de Mille, y conjuntos camerísticos y experimentales han puesto también música a clásicos del cine mudo. Pero hace tiempo que en otras plazas se extrae la música incluida en la banda sonora de la película para ofrecerla en directo. Ha ocurrido con la partitura de John Williams para E.T. o la de Bernard Herrmann para Con la muerte en los talones.

Atreverse con un musical tan emblemático como Un americano en París y desgranar la música de Gershwin que sirvió como pretexto para articular en 1951 esta joya de la Metro Goldwyn Mayer, nos parecía a priori una empresa muy complicada, dado el estilo tan particular que tenían las orquestas de los grandes estudios del Hollywood clásico para abordar este género, y muy especialmente el del león, cuyo legado en el musical se convirtió en legendario e imperecedero. Exigía además aislar las voces originales de Gene Kelly o Georges Ghétary, y en este caso también el piano de Oscar Levant, que interpreta incluso un divertido refrito del Concierto en Fa mayor del autor de Porgy and Bess, y sincronizarse con matemática precisión no solo a la acción sino a las voces y a la danza. La Orquesta Sinfónica Camera Musicae, con sede catalana y bajo la dirección del australiano Anthony Gabriele, lo ha conseguido con creces.

Recreación del musical americano

Son muchos los directores y conjuntos que al hilo de estas recuperaciones de la música de cine se han acercado a las partituras de películas musicales. Las magníficas recreaciones de los musicales de la Warner de los treinta a cargo de John McGlinn y la London Sinfonietta, así como las de los clásicos de la Metro por Elmer Bernstein y la Royal Philharmonic, siguieron patrones clásicos de la interpretación sinfónica, como desde otras estéticas hicieron también Erich Kunzel y la Cincinnati Pops o John Williams y la Boston Pops. Pero fue el británico John Wilson y su orquesta quienes desde principios de este siglo lograron recrear ese particular sonido tal como se hacía en su época, incidiendo en el vibrato y extrayendo de la cuerda ese característico espesor y timbre que dieron personalidad a la Fox, la Metro o la Warner. Y fue ese acierto el que atisbamos también en la batuta de Gabriele y la espléndida recreación que la Sinfónica Camera Musicae hizo de Un americano en París, para después leer en el programa de mano que su adaptación para orquesta en directo era responsabilidad efectivamente de Wilson. Combinar el lirismo de Love Is Here to Stay con el swing de I Got Rhythm, la elegancia de It’s Wonderful, o el jazz de Strike Up the Band o Embreceable You en la música diegética que suena en los clubs y fiestas nocturnas, no es empresa fácil, y sin embargo fue resuelta con sobresaliente alto hasta derivar en una magnífica recreación del famoso ballet de casi veinte minutos de duración que cierra la película, en la adaptación que del mismo hicieron Johnny Green y Saul Chaplin y que les valió uno de los seis Oscars con los que la Academia bendijo a la película de Vincente Minnelli, entre ellos también el de mejor película.

Gene Kelly y Leslie Caron en el famoso ballet final
Una producción por cierto de Arthur Freed, cuyas letras para las canciones de Nacio Herb Brown darían lugar al año siguiente, en una operación similar, al argumento de Cantando bajo la lluvia, que Gabriele y la Camara Musicae han recreado también en directo, como también han hecho con Casablanca, con música de Max Steiner, o Psicosis y Vértigo, ambas de Bernard Herrmann. La magia se dio mano con el arte en esta genial proyección más museística que de puro entretenimiento de Un americano en París, con secuencias tan magistralmente resueltas como ese Concierto para piano con un Oscar Levant multiplicado, en el que se pudo apreciar la banda sonora original mezclada con su interpretación en directo, deducimos que ante la imposibilidad en ese caso de aislar el piano del resto. Cabe apuntar además que la mayor parte de la partitura de la película, la que da relieve a las secuencias dramáticas según la adaptación que Green y Chaplin hicieron de los temas gershwinianos, no se encuentra disponible en ninguna grabación discográfica, ni siquiera en las más completas que tanto proliferan hoy en día, por lo que su audición en primera línea convirtió la ocasión en única. El público, bastante numeroso, respondió con entusiasmo, demostrando que hay interés por este tipo de iniciativas, que la cultura se ha asentado en nuestra comunidad en todas sus vertientes y que merecemos más alegrías y emociones como ésta.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía