USA-Irlanda 2019 124 min.
Dirección Farhad Safinia Guion John Boorman, Todd Komarnicki y Farhad Safinia, según la novela de Simon Winchester “The Surgeon of Crowthorne” Fotografía Kasper Tuxen Música Bear McCreary Intérpretes Mel Gibson, Sean Penn, Natalie Dormer, Stephen Dillane, Eddie Marsan, Jennifer Ehle, Ioan Gruffud, Jeremy Irvine, Steve Coogan, Anthony Andrews, Laurence Fox Estreno en México 15 marzo 2019; en Estados Unidos (Internet) 10 mayo 2019; en España (Internet) 22 mayo 2020
No debería afligirse Mel Gibson por los numerosos vaivenes que sufrió esta película durante su producción. Habiendo comprando los derechos de la novela en la que se basa a finales del pasado siglo, no pudo hasta más de quince años después empezar a rodarla, contando para ello con el guionista de Apocalyto en la que es su primera película como director. Pero problemas legales derivados de la negativa de la productora a rodar en Oxford y proponer en su sustitución el Trinity Collage de Dublín, derivaron en una profunda crisis que terminó con la sustitución del director y parte del elenco técnico de post producción, con el consiguiente enfado de su principal artífice, el propio Gibson, y su negativa a formar parte de la promoción. Todo lo cual ha provocado que su estreno se haya realizado tan irregularmente, pasando en Estados Unidos directamente a internet después de un errático recorrido por diversos países. En el nuestro también ha llegado directamente a internet, más de un año después de poderse ver por primera vez.
Problemas de producción que no han afectado a la calidad de la empresa y su ambicioso proyecto, que es por lo que apostamos a que Gibson no debiera sentirse defraudado. La idea parte del creador de la serie Boss, Farani, que aquí firma con el seudónimo P.B.Shemran, un cineasta de origen iraní a cuyo libreto le ha dado forma, entre otros, nada más y nada menos que John Boorman, director de Excalibur y Esperanza y gloria entre otras buenas películas. Se trata de la adaptación de una novela de Simon Winchester que dramatiza los curiosos episodios que rodearon el arranque de la confección del primer gran diccionario Oxford de la lengua inglesa. Unos inicios que pasaron por el estancamiento de los académicos y su apuesta por un intelectual forjado a sí mismo, sin título universitario pero conocedor de innumerables lenguas vivas y muertas, entre ellas el arameo con el que Gibson rodó La pasión de Cristo. La propuesta de James Murray, el personaje al que da vida el protagonista de Mad Max, pasó por buscar apoyos en profesores, libreros, bibliotecarios y todo tipo de entusiastas de la literatura para buscar la historia y etimología de cada palabra. En este punto aparece un recluso de un sanatorio mental para el que la empresa supondrá una oportunidad de redención tras los graves trastornos sufridos en la Guerra de Secesión Norteamericana.
Todo el conjunto está enfocado desde la más absoluta sensibilidad, cuidando cada matiz y detalle, fluidas interpretaciones apoyadas en excepcionales caracterizaciones, y una suntuosa puesta en escena en la que no se descuida ningún aspecto apuntado en la rica dramatización, desde la posibilidad del indulto emocional, hasta el apoyo incondicional al ser querido y la apuesta absoluta por la excelencia, no importa el precio a pagar. Un producto perfectamente articulado para que todas sus membranas acaben en un lugar común, la necesidad del amor en todas sus vertientes para apoyar nuestra evolución como seres humanos debidamente civilizados, y sobre todo para encumbrar la cultura con mayúsculas, por encima de todo lo demás, políticas interesadas y mezquinas, guerras sangrientas y devastadoras y todo a lo que damos tanta importancia, siempre por encima de la tan denostada pero a todas luces necesaria, imprescindible, cultura.
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