USA 2022 115 min.
Dirección Nicholas Stoller Guion Billy Eichner y Nicholas Stoller Fotografía Brandon Trust Música Marc Shaiman Intérpretes Billy Eichner, Luke Macfarlane, Guy Branum, Miss Lawrence, TS Madison, Dot-Marie Jones, Jim Rash, Eve Lindley, Amanda Nearse, Debra Messing, Peter Kim, Monica Raymund, Guillermo Díaz, Jai Rodríguez, Ryan Faucett Estreno en el Festivald e Toronto 9 septiembre 2022; en Estados Unidos 30 septiembre 2022; en España 28 octubre 2022
El actor, escritor y comediante Billy Eichner prácticamente se interpreta a sí mismo en esta comedia romántica gay para la que ha contado con la dirección de Nicholas Stoller y la producción de Judd Apatow, ambos curtidos en comedias gamberras y a menudo de mal gusto como Paso de ti, Todo sobre mi desmadre, malditos vecinos o Eternamente comprometidos. Afortunadamente, ahora se pasan a la comedia sentimental, amable y decididamente romántica al más puro estilo de aquellas comedias de los noventa protagonizadas por Meg Ryan, ya fuera con Billy Crystal, Dennis Quaid, Tom Hanks o Kevin Kline como pareja. Se demuestra así que la normalización de la homosexualidad ha alcanzado definitivamente ese nivel de comercialidad que disfrutan otros productos normativos.
No les falta a Apatow y Stoller ocasión también para ser políticamente incorrectos, aunque sea de forma tímida, dentro de una estética en general rosada y afrutada, agradable de disfrutar y con diálogos punzantes solo en su justa medida. El mayor mérito parece se lo debamos a Eichner, por cuanto Stoller se limita a dirigir los coloridos recursos que se le ponen a mano, evidenciando a menudo cierta desgana traducida por ejemplo en un desastroso control del raccord y un montaje rutinario y convencional.
Nada de eso impide que disfrutemos de su desprejuiciada y entretenida propuesta, que comprobemos lo mucho que ha cambiado el panorama desde los tiempos de Domingo, maldito domingo hasta ahora, aunque la presente se encuentre algo a medio camino de la total normalización del tema que disfrutamos en occidente y el exceso de tópico y trauma escondido que sigue cultivando esta, no lo olvidemos, entretenida comedia romántica. Quién mejor para ponerle música al guiso que Marc Shaiman, autor de las bandas sonoras de aquellas películas de Meg Ryan aludidas, así como de muchos de los musicales que triunfan en Broadway en los últimos tiempos, como Hairspray o la nueva versión de Charlie y la fábrica de chocolate, además de reconocido activista LGTBIQ+.
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