sábado, 1 de octubre de 2022

LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA Delicadeza y naturalidad

España 2022 110 min.
Dirección
Fernando Franco Guion Fernando Franco y Bego Aróstegui Fotografía Santiago Racaj Música Maite Arrotajauregi y Beatriz Vaca Intérpretes Valeria Sorolla, Telmo Irureta, Emma Suárez Estreno en el Festival de San Sebastián 21 septiembre 2022; en salas 30 septiembre 2022

Aparte de poder presumir del póster más atractivo de la temporada, la nueva película de Fernando Franco es pura delicia, delicada y exquisita, de esas que se ven con la expresión permanente de encantamiento. Insiste en los temas que inspiraron su escueta filmografía, la enfermedad psíquica o mental y la influencia que ejerce sobre las personas que rodean a la enferma. Pero esta vez da un giro radical para arrojar más luz que en sus anteriores trabajos. Aunque la discapacidad del prójimo sigue poniendo en entredicho la nuestra propia, esta vez ejerce una influencia positiva en nosotros, nos ayuda a madurar y a curar nuestras propias heridas. 
Bien es cierto que el director, para lograr esa empatía y ese dulzor que provoca la relación entre una joven estudiante tímida y confusa y el joven con parálisis cerebral al que conoce y asiste, define unos caracteres encantadores, empezando por el propio protagonista que es pura simpatía y no provoca sino mucha ternura, y siguiendo por la espléndida madre a la que incorpora Emma Suárez.

También promueven ese placentero visionado las delicias de esa juventud que se mueve entre las clases en la universidad, foco del conocimiento y el saber, y las fiestas domésticas, con el solo contrapunto de la férrea disciplina religiosa en el colegio mayor. Así, Franco logra una cinta más convincente, agradable y natural que sus anteriores trabajos, La herida y Morir, donde se instalaba la desazón y el negativismo bajo formas austeras que poco hacían por involucrar al espectador. Pero nada sería igual sin la naturalidad con la que sus dos jóvenes protagonistas afrontan sus delicados cometidos, y la frescura con que el director propone situaciones que podrían resultar incómodas y sin embargo se disfrutan con el mismo agrado con el que vemos a Julie Andrews cantar por las verdes praderas austríacas.

Quizás pretender ser demasiado realista proponga un desenlace que provoque la discusión y la reflexión no siempre del agrado de todos y todas. Lástima que una vez más nuestro cine se promocione tan mal, de forma que de todos los personajes que pueblan esta preciosa película, fundamentalmente entre compañeros de universidad y amigas del colegio mayor, en la red solo seamos capaces de encontrar los nombres del trío protagonista, con total desprecio por el resto de actores y actrices que intervienen en esta estimulante empresa.

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