USA 2020 94 min.
Guion y dirección Alan Ball Fotografía Khalid Mohtaseb Música Nathan Barr Intérpretes Paul Bettany, Sophia Lillis, Peter Macdissi, Steve Zahn, Judy Greer, margo Martindale, Stephen Root, Lois Smith, Jane McNeil, Colton Ryan Estreno en el Festival de Sundance 25 enero 2020; en Amazon Prime 25 noviembre 2020
La irrupción de las plataformas digitales y su expansión con la pandemia ha ocasionado un fenómeno contrario al que han padecido muchas producciones recientes consideradas más propias de la televisión que de una pantalla de cine. Ahora son muchas las películas directamente producidas para ser estrenadas en la pantalla doméstica que mantienen hechuras más propias del cine, como le ocurre a esta cinta curiosamente dirigida por alguien curtido en la televisión con éxitos como A dos metros bajo tierra y True Blood. Alan Ball escribe y dirige esta bonita crónica sobre la dificultad de conciliar la vida privada con la familiar cuando hay secretos que no nos atrevemos a contar.
Mi tío Frank se inscribe en una corriente reciente que indaga la salida del armario o la simple convivencia en familias tradicionales americanas tan temerosas de la diferencia. En La estación de la felicidad Kristen Stewart tiene que sufrir unas navidades en casa de sus presuntos suegros, manteniendo su anonimato y conformándose con ser solo la amiga de su novia, mientras esta se resiste a confesar su homosexualidad. En el telefilm Dashing in December, un joven ejecutivo regresa al hogar rural que regenta su madre (Andie MacDowell), donde lo único que preocupa en la familia es encontrarle novio, así están las cosas de normalizadas. Pero en Mi tío Frank la acción se remonta a principios de los años setenta del pasado siglo, y entonces resultaba más difícil sentirse libre en un entorno familiar tan enraizado en los valores tradicionales. Paul Bettany interpreta aquí a un intelectual brillante cuyo pasado ha abierto una brecha insondable entre él y su padre. La mirada inteligente, astuta y respetuosa de su sobrina, una encantadora Sophia Lillis, a quien descubrimos en It, irá abriendo un nuevo horizonte en la felicidad de su tío y su entorno más inmediato, incluida su pareja musulmana.
Ball nos cuenta esta entrañable y necesaria historia con todo el cariño que le ha sido posible, mezclando géneros, de la comedia al melodrama, de la road movie a la crónica sentimental y generacional, consiguiendo un film tan hermoso como estimulante, quizás algo lastrado por esa idea omnipresente en el cine y la sociedad americana de la unidad familiar y la necesidad de su apoyo, pero esta vez utilizada como referente de una realidad y un entorno del que apenas podemos escapar y que tantas veces se hace necesario para encontrar el consuelo y el cariño que todos y todas necesitamos.
A la empresa se entregan con gusto y emoción todo su elenco interpretativo, una estructura amable y equilibrada y un entorno tan bellamente fotografiado como primorosamente ilustrado a nivel musical. Pero sobre todo nos quedamos con el personaje de Beth, la sobrina, su inteligencia y su delicadeza a la hora de abordar un tema tan personal y entonces espinoso, sin juicios, artimañas ni consejos, solo con su capacidad de observación y un saber estar que le conduce a canalizar por el mejor de los senderos los sentimientos de su admirado tío, un trabajo también espléndido y sincero de Bettany. Por eso aunque se estrenase en internet hace ya casi un año, al haberla descubierto ahora no podemos resistirnos a recomendarla.
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