sábado, 12 de marzo de 2022

CYRANO Un musical mal encajado

Reino Unido-USA 2021 123 min.
Dirección
Joe Wright Guion Erica Schmidt, según la obra de Edmond Rostand Fotografía Seamus McGarvey Música Aaron y Bryce Dessner Intérpretes Peter Dinklage, Haley Bennett, Kelvin Harrison jr., Ben Mendelssohn, Bashir Salahuddin, Scott Folan, Monica Dolan Estreno en Estados Unidos y Reino Unido 25 febrero 2022; en España 11 marzo 2022

El británico Joe Wright es el director que el cine siempre necesita para realizar adaptaciones serias y elegantes de clásicos literarios. Lo malo es que, con algunas excepciones como la interesante El instante más oscuro, parece empeñado en contar historias que conocemos de sobra, como Orgullo y prejuicio de Austen, Expiación de Ian McEwan, Anna Karenina de Tolstoi o este Cyrano que el cine ha tratado en muchas ocasiones desde sus inicios, con escalas en 1952, que le reportó un Oscar a José Ferrer, y la muy celebrada de 1990 con Depardieu como el ilustre narizotas. Han habido incluso adaptaciones a época actual (Roxane, con Steve Martin) y crónicas sobre la gestación de la famosa obra (la muy reciente Cartas a Roxane francesa). 
La que ahora se nos ofrece proviene directamente de la escena musical, donde el clásico de Rostand también ha corrido diversas suertes, desde el trabajo de Michael J. Lewis que Christopher Plummer interpretó en Broadway en 1973, hasta la extravagancia danesa que Nueva York importó en 1993. La elegida por Wright se estrenó en Broadway en 2018 y cuenta con una exquisita partitura en la que quizás resulte difícil encontrar un éxito rotundo, pero que en conjunto ofrece unas espléndidas orquestaciones y un sentido romántico y melódico definitivamente notable.

Sobre esta base se construye un suntuoso y exquisito musical que falla precisamente en la dificultad de convertir un material como el presente en el género que tiene seguramente más detractores y seguidores por igual. No parece que encaje demasiado, y desde luego no lo hacen sus afectadas y prescindibles coreografías, el material musical con el más dramático en sentido estricto, lo que convierte el conjunto en un desequilibrio considerable. Haber convertido la nariz del protagonista en una acondroplasia hace que la química ya de por sí complicada entre la caprichosa Roxane y su eterno enamorado sea aún más difícil de digerir.

El tono empleado resulta demasiado tristón y melancólico, lo que tampoco cuadra con su arranque cómico y la comunión con la comedia que mantiene el original. Cabe reconocer el mérito de Peter Dinklage, especialmente conocido por su participación en Juego de tronos, pero al que también hemos visto como mafioso en I Care a Lot e incluso protagonizando el corto de Raúl Arévalo La vida nuestra, bordando su papel de atormentado y frustrado enamorado, así como sacando provecho de su rotunda y gravísima voz en las canciones que tan primorosamente entona. También ella, Haley Bennett, saca partido de su papel a nivel interpretativo y canoro, otra cosa es el insulso Kelvin Harrison jr. y el desaprovechado Ben Mendelssohn, que hace de su personaje una completa caricatura. Vestuario, escenarios naturales y decorados, no tanto así su filtrada y vaporosa fotografía, consiguen un espectáculo digno y disfrutable, pero por debajo de lo que podría haberse conseguido en manos más atribuladas.

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