Francia 2021 87 min.
Guion y dirección Eric Gravel Fotografía Victor Seguin Música Irène Drésel Intérpretes Laure Calamy, Anne Suarez, Geneviève Mnich, Nolan Arizmendi, Sasha Lemaitre Cremaschi, Cyril Gueï, Lucie Gallo, Agathe Dronne, Mathilde Weil, Dana Fiaque Estreno en el Festival de Venecia 2 septiembre 2021; en Francia 16 marzo 2022
Mientras algunos realizadores necesitan largos metrajes para contar historias mínimas, otros como Eric Gravel en su segundo trabajo de gran formato condensan en apenas hora y media un sinfín de situaciones y giros argumentales con el fin de insuflar a su propuesta de ritmo vertiginoso y tensión desenfrenada. Así construye esta frenética crónica de una mujer desesperada ante la imposibilidad de conciliar vida laboral y familiar, un logro tan codiciado por las sociedades modernas pero tan mal enfocado en general que no hace sino aguas se mire por donde se mire.
Su situación se ve agravada además por una de esas huelgas de transporte que convierten a la ciudadanía en rehenes y víctimas de un aparente chantaje, si no fuera porque se trata del ineludible ejercicio de un derecho tan fundamental como el de defender nuestra libertad como trabajadoras y trabajadores. Resulta además que a la mujer le sigue resultando todavía más difícil esa conciliación que al hombre, por el mero hecho de portar la incómoda placenta que la convierte durante nueve meses en ese bicho raro sometido a dolores, caprichos y limitaciones. Pero después sigue siendo ella quien esté obligada al cuidado y la educación de la prole, aunque en el camino pierda la oportunidad laboral y profesional que todo el mundo merece. Pero sobre todo observamos en este aparatoso drama, que funciona una vez más por acumulación de desgracias, no por posibles menos manipuladoras, que nuestra sociedad, la que llamamos con toda ligereza del bienestar, necesita mucho de todo, no nos conformamos con nada, sucumbimos a ese consumismo a ultranza que define el sistema capitalista que hemos aceptado sin reservas hasta complicarnos una vida que no hace mucho era más fácil, cómoda y sencilla.
Todo eso aparece plasmado en el ambicioso guion de este inquietante y polémico film, cuya velocidad de vértigo se ve potenciada por las continuas carreras de una mujer que, por otra parte, no parece organizarse muy bien, aunque también celebramos que no se hunda jamás; y sobre todo por una insistente música que no deja espacio ni a la respiración. En el conjunto destaca la magnífica interpretación de Laure Calamy, paradigma de la mujer trabajadora, corriente y perfecta vecina de al lado, aunque pida muchos favores. Su trabajo le valió en la sección Horizontes del pasado Festival de Venecia el premio a la mejor actriz, donde también obtuvo el de mejor dirección.
Totalmente de acuerdo!!
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